A día de hoy, el esquema habitual es que la primera equipación sea totalmente blanca y la segunda, camiseta negra y blanca a franjas verticales y pantalón y medias negras. Pero mantener y renovar un uniforme con estos colores era costoso en aquella época, así que en 1913 se decidió que el uniforme pasaría a ser una camiseta blanca y negra a franjas y pantalón blanco. La progresión ha sido destacada, pero la pandemia le quitó algo que necesitaba: jugar con público, escuchar a los aficionados, los ánimos de la grada, donde él pasó muchos partidos sufriendo y divirtiéndose con su Osasuna.