La capacidad de producción de Gran Bretaña y los Estados Unidos mejoró todavía más con la invención de la desmotadora de algodón por el estadounidense Eli Whitney en 1793, que permitió la utilización del algodón americano de fibra corta en la industria textil. Más tarde, la invención de la hiladora Jenny en 1764 y de la hiladora de marco giratorio de Richard Arkwright en 1769, permitieron a los tejedores ingleses producir algodón y tela en cantidades mucho más grandes.