Dentro de la revolución en el club de Anfield, es uno de los fijos para el proyecto de la 22-23, en la que el otro gran reto de Thiago es hacerse un hueco en la lista de España para el Mundial de Qatar. En un equipo eminentemente físico, Thiago pone el toque y la finura, reivindicando un estilo de juego que fue seriamente puesto en entredicho durante su etapa en el Bayern.