El partido tuvo prórroga y el título se decidió en la tanda de penaltis, siendo el portero Andrés Palop el héroe al detener tres lanzamientos (quien además en una de las eliminatorias previas había sido decisivo al marcar un gol de cabeza a la salida de un córner, facilitando así la prórroga del partido y el triunfo posterior de su equipo). Fruto de estos éxitos, el club recibió el trofeo de Mejor Equipo del Mundo otorgado por la IFFHS.